Rosario Segimon, a quien todos llamaban doña Rosario, nació en Reus en 1871. De temperamento serio y austero, vivió siempre en La Pedrera desde que estrenó el edificio hasta su muerte en 1964, a los 93 años.

Doña Rosario era propietaria de La Pedrera, de una casa en Blanes y de la plaza de toros La Monumental de Barcelona. Aunque el edificio de La Pedrera lleva el apellido del marido, Casa Milà, la propiedad fue siempre de ella, gracias a la fortuna heredada de su primer marido, Josep Guardiola.

Casada en segundas nupcias con Pere Milà, vivían en el piso principal de La Pedrera. Era un piso enorme, con grandes ventanales y salones majestuosos, donde dos veces al año se celebraban bailes y se reunía toda la familia.

Cuando hacía buen tiempo, a doña Rosario le gustaba salir al balcón del principal con sus dos guacamayos, Gonzalo y Amaya, recuerdo de su primer marido.

Rosario era una mujer muy familiar, celosa de su intimidad y de los suyos. No dejó nunca que la fotografiaran en su piso de La Pedrera. Son pocos los retratos que conocemos.

Los vecinos de La Pedrera que la conocieron siempre han comentado que era amable con los niños y que le gustaba mucho que familias con niños pequeños fueran a vivir a La Pedrera. Los sobrinos de Pere Milà recordaban como, a pesar de muerte del tío Perico, ellos iban a ver a la tía Rosario.

Era una mujer de su tiempo. Formaba parte de varias instituciones benéficas y culturales.

Con el pueblo de L'Aleixar la unió siempre un fuerte vínculo. Era la población natal de su primer marido, Josep Guardiola, y hizo numerosas donaciones. Finalmente fue enterrada en su cementerio, junto a su primer marido.