La azotea de La Pedrera – Casa Milà es uno de los espacios más icónicos de Barcelona y de Gaudí. Las cajas de escalera, las chimeneas y las vistas inmejorables de la ciudad hacen de esta azotea un espacio único en el mundo.
En esta cubierta insólita hay un elemento que pasa desapercibido por los visitantes y menudo sorprende por no seguir la sinuosidad del edificio: la reja perimetral de los patios interiores.
Para la verja de la azotea, Gaudí había empezado a diseñar un modelo que - como se ve en la fotografía de 1909 - no pudo terminar. Debido a la peligrosidad de dejar el espacio sin nada, los propietarios instalaron una malla hexagonal a modo de reja protectora. Dicen que Gaudí les dijo: "No se preocupen por poner ninguna reja, en las montañas no hay." Es evidente que no le hicieron caso.
La azotea no se utilizaba de la misma forma que se hace hoy en día, era un espacio de servicio para las salidas de humo de las chimeneas y en algunos casos para tender la ropa. Gaudí diseñó la azotea siguiendo su máxima de forma, funcionalidad y estética, aunque no pudo terminar la decoración, y protección, externa de algunos de los elementos de la cubierta por problemas financieros con los propietarios.
Todos ellos, con trencadís o estucados, con rejas gaudinianas o simplemente protectoras, son elementos que forman parte de la historia de la construcción del edificio y lo hacen, de este modo, más singular y lleno de vida.