La estructura del edificio se organiza alrededor de amplios patios, con sus respectivas entradas por el chaflán del paseo de Gracia y por la calle de Provenza.

El edificio se sustenta por pilares en lugar de por paredes maestras, hecho que le permite a Gaudí construir dos grandes agujeros en el medio de este emblemático edificio del ensanche de Barcelona. Gaudí innovó diseñando dos grandes patios con una principal finalidad, la iluminación y la ventilación de todas las estancias. En la época, los edificios solo concebían la existencia de pequeños patios interiores para garantizar la ventilación de cocinas y baños, el arquitecto catalán decide dar un paso hacia delante.  Como todo lo que Gaudí diseñó, los patios siguen dos grandes principios, la funcionalidad, la ventilación e iluminación como hemos dicho, y la estética.

Si entramos por la calle de Provenza, encontramos el patio más grande, de forma elíptica, en el que destaca la escalera puente. La finalidad de esta escalera es conectar el entresuelo y el piso principal, los dos pisos habitados por la familia Milá, los propietarios del edificio. Es una escalera tradicional entre la planta baja y el entresuelo, pero entre este y el piso principal, la escalera atraviesa el patio por el medio. Suportada por una estructura de hierro que hace que la escalera “vuele” justo por el medio del patio, economizando un espacio interior que se aprovecha para que haya otras estancias en el piso.

Y si entramos por la puerta del paseo de Gracia, o también se puede llegar desde el mismo patio de la calle Provenza, llegamos al patio circular. Gracias a la rampa que une los dos patios, el acceso a las cocheras, que se encuentra en el patio de paseo de Gracia, es posible desde cualquiera de las dos puertas de La Pedrera.

Los patios de La Pedrera, son ejes interiores del edificio, y Gaudí les da la misma importancia que la fachada. Es por eso que comparten ciertas características con la fachada principal que se ve des de la calle. En los dos sitios encontramos grandes ventanales a la vez que también pone elementos ornamentales, ya sean en las rejas de los ventanales y en el caso de los patios, unas pinturas al óleo que decoran las paredes interiores de la casa.

Por eso, mirar el interior de los patios desde abajo hacia arriba o desde la cubierta hacia abajo es una experiencia sugerente que nos permite entender como Gaudí concebía la arquitectura en su totalidad i no solo desde el punto de vista exterior. En definitiva, una arquitectura que nos sorprende en cada detalle i que no es comparable a ninguna de su momento: Gaudí fue un innovador, buscando siempre las mejores estructuras para sus edificios.