En la innovadora distribución propuesta por Gaudí para una casa moderna y bien equipada de servicios como La Pedrera, los ascensores pasan a tener un gran protagonismo. Gaudí sitúa un ascensor en cada patio, dos en total, que se corresponden con los dos accesos principales al edificio. Las cabinas están trabajadas íntegramente con madera, con pomos de latón, un banco de descanso con brazos, un cuadro de mandos y un teléfono de comunicación con cada uno de las viviendas.

A diferencia del sistema predominante en el Eixample barcelonés, en La Pedrera no hay ninguna relación entre los rellanos del ascensor y los de las escaleras, para que las escaleras de servicio están situadas en la parte posterior de las viviendas. El hecho de utilizar los ascensores como comunicación principal para acceder a las viviendas y las escaleras laterales como comunicación auxiliar o de servicio, responde a la idea moderna de los accesos mecánicos y las salidas de emergencia.

Las escaleras de La Pedrera no son ni rectas ni planas, sino que obedecen a superficies alabeadas y variables a lo largo de su recorrido. Gaudí dignifica las escaleras de los servicios de la Casa Milà equipándolas con escalones muy humanos, con una anchura y una altura que facilitaban al servicio doméstico subir los siete pisos hasta el desván para lavar y tender la colada.

Un elemento importante de las escaleras son las barandillas trabajadas con cintas de hierro, unidas con remaches, que siguen un movimiento ondulante variable en cada uno de sus tramos que se repite en los pasamanos de madera que recorren cada uno de los pisos.